viernes, 15 de noviembre de 2013

Gravity

Uno de los detalles de realización más llamativos del anterior largometraje de Alfonso Cuarón, Hijos de los hombres, se encontraba en el radical virtuosismo del director. Para alguno de sus espectaculares planos secuencia, el realizador mejicano contaba con la ayuda de efectos especiales que le permitieran filmar de manera espectacular, y sin cambiar de toma, mientras sus personajes recorrían enormes distancias. En su siguiente largometraje, esta idea deja de ser un mero detalle para convertirse en el verdadero motor visual del film. Los dos planos con los que arranca Gravity abarcan, en total, casi la cuarta parte de todo el metraje, tal es el empeño del director a la hora de dilatar las posibilidades espaciales (nunca mejor dicho) del plano secuencia, sin importarle que para ello tenga que recurrir al más sofisticado trucaje mediante ordenador. Nada más lejos, a la postre se dio a conocer que el largo silencio creativo que media entre Hijos de los hombres y este largometraje se debió a una tortuosa etapa de pre-producción de casi un lustro, a lo largo de la cual Alfonso Cuarón y su hijo Jonás tuvieron que esperar a disponer de una tecnología que satisficiera la exigencias de un film de este tipo.

El precio a pagar a cambio de este largo proceso es palpable en el resultado final, de ahí el tener que conformarse con los únicos intérpretes que al final pudieron participar en su breve reparto, en especial una protagonista de rostro excesivamente moldeado por el bisturí. Si bien a ratos ofrece notables momentos interpretativos, como su agónico canto a la vida durante la conferencia con un desconocido de lengua esquimal (cuyo contraplano se recoge en Aningaaq‎, un inédito cortometraje de Jonás Cuarón que apetece conocer), Sandra Bullock fue escogida por ser la última de una lista de al menos una decena de actrices de enorme caché (como Natalie Portman, Naomi Watts, Marion Cotillard o Scarlett Johansson) que, antes o después, por una razón u otra, se fueron cayendo del proyecto. Pero en muchos sentidos la espera ha merecido la pena, ya que la obsesión de los artífices de Gravity por hacer creíbles los inacabables paseos de sus dos únicos personajes a lo largo de cientos de kilómetros produce una sensación de espectáculo de adrenalina muy superior a la que habitualmente se obtiene montando cientos de planos breves y confusos. Lo mejor es que esta cadencia permite a los narradores algunas lecturas paralelas que trascienden la sencillez del relato. En ese sentido, la película enfrenta lecturas de corte metafísico, casi panteísta (con esa madre tierra omnipresente como una deidad), con el más crudo discurso científico, en una película que, desde el propio título, encuentra en las leyes de la física la principal amenaza para sus personajes, quienes encuentra la salvación en objetos tangibles, y no en las estampas religiosas que encuentran durante su estancia en las diferentes cápsulas espaciales. Por no hablar del planteamiento que constituye la pugna de la protagonista por salvar la vida como metáfora del acto de nacer inherente a todo ser vivo, idea que comienza cuando vemos a Sandra Bullock, en un momento de descanso, adoptar una posición fetal en el interior de una cápsula en la que algunos cables imitan las formas de un enorme cordón umbilical, y que culmina cuando tiene que luchar como un recién nacido por salir de un medio líquido a la superficie, dando con su cuerpo en un terreno firme que parece virgen e inexplorado, lo cual dota a esta lectura de una dimensión mucho mayor: no sólo se nos ha hablado del ser humano, sino también de la evolución de todos los seres vivos.

Gravity - Alfonso Cuarón - 2013 [ficha técnica]

2 comentarios:

  1. Muy bien. Sigo teniendo ganas de verla, cuando pueda.
    Oye, mencionas a los hijos de los hombres. No opino sobre cómo está hecha, que lo sabrás tú mejor, y hace tiempo que la vi. Pero lo cierto es que no me gustó nada, el final fue un quiero y no puedo

    Un saludo

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    1. Ya me contarás cuando veas ésta.

      A mí no me disgustó Hijos de los hombres, cierto que es algo irregular, pero tiene dos o tres secuencias muy bien rodadas.

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