jueves, 8 de noviembre de 2007

Cassandra's Dream

La Casandra del mito griego, una sacerdotisa a un mismo tiempo dotada con el don de la profecía e imposibilitada para la persuasión, visionó las peores catástrofes de su tiempo sin poder convencer a nadie de sus predicciones. Haciendo una lectura muy libre, esta parábola nos habla de la imposibilidad de cambiar el destino, lo que viene a explicar la referencia a tal mito en el título de Cassandra's dream, ya que sería demasiado cómodo conformarnos con la teoría de que la película se llama así porque sus protagonistas apuestan por un galgo con ese nombre, gracias al cual pueden comprar una pequeña embarcación (en cuya proa pintan el nombre del perro que les dio suerte) lo cual no creo que sea el caso, a juzgar por la profundidad que encierra el relato. Terry (Colin Farrell), alguien inestable con adicción al juego entre otros males, y su hermano Ian (Ewan McGregor), un emprendedor bastante más centrado, buscan el golpe de suerte que les catapulte a un status superior en la sociedad londinense donde se mueven. Aunque al principio ambos hermanos emprenden las acciones como un equipo, a medida que se suceden los acontecimientos, Terry se irá desmoronando para volver a formar parte del paisaje humano que no permitirá a Ian escapar de su círculo habitual. Fijándose como modelo a seguir a su tío Howard (Tom Wilkinson), Ian acaricia una vida de éxito que no le pertenece, fingiendo poseer los lujosos coches que toma prestados del taller donde trabaja su hermano, presumiendo de negocios en Los Angeles que no puede pagar o saliendo con una promiscua actriz de teatro (Hayley Atwell) que no cree en la relación, mientras que su padre (John Benfield) se muestra contrario a que aspire a algo que no sea perpetuar el negocio familiar, un pequeño restaurante donde Ian no podrá presumir de sus triunfos, a diferencia de los caros salones donde a éste y a Howard les gusta dejarse ver. El calculador Ian conoce los trucos que tiene que emplear para cambiar su futuro, pero sus circunstancias naturales (no tanto ya sus seres cercanos como sus valores morales, tan diferentes de los de su tío Howard) no le dejarán cumplir sus sueños, como la Casandra del título, de ahí que el último plano del film sea una toma del solitario barco que lleva ese nombre, justo después de que veamos a las despreocupadas parejas de los protagonistas yendo juntas de compras, llevando la vida sencilla de la que ellos quisieron despegar.

Los primeros compases de Cassandra's dream definen a los personajes a partir de sus largos diálogos, pero también gracias a alguna que otra estupenda idea de puesta en escena (véase el momento en el que se nos muestra el debate entre ambos protagonistas acerca de la compra del barco: la cámara se sitúa de manera que uno de ellos quede detrás de una alambrada), lo cual va cediendo a una realización cada vez más mecánica y funcional, apoyada exclusivamente en la correcta partitura de Philip Glass y en la capacidad de unos actores que, aún llevando a cabo un notable trabajo, no impiden que el diálogo llegue a resultar excesivo: excepción hecha de la secuencia donde los protagonistas persiguen a su víctima por la calle, casi todas las situaciones de la película están sonorizadas mediante el texto de los personajes, incluso allí donde es innecesario. Por ejemplo, cuando Ian va a visitar a Terry a su casa, la compañera de éste (Sally Hawkins) le repite por tercera vez a su cuñado lo asustada que está. En definitiva, en la película se contrapone un brillantísimo guión con una manera de ilustrarlo un tanto irregular, fruto de una manera de rodar que transmite un excesivo aire de improvisación. Esto hace que el film sea otro ejemplo paradigmático de la forma de trabajar de Woody Allen: mientras que, como autor, nos asombra siendo capaz de escribir cada año semejante material dramático, como director no nos sorprende que pueda terminar sus películas en tan poco tiempo, ya que da la impresión de que resuelve todas sus secuencias en una única toma, para después pasar por una sala de montaje donde se trabaja con prisa y sin excesivo esfuerzo (¿acaso hay grandes diferencias entre el trabajo de Susan Morse, antigua montadora del realizador, y el de Alisa Lepselter, quien sustituye a la primera desde Acordes y desacuerdos?).

'Cassandra's Dream' - Woody Allen - 2007 [ficha técnica]
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