domingo, 27 de agosto de 2006

[Opinión] Grizzly Man

Al director de cine Werner Herzog no parece atraerle el documental tal y como se viene practicando desde hace unos años en los circuítos del cine de autor, donde los cineastas han vuelto al estilo silente de Flaherty, puramente cinematográfico, prescindiendo de la voz en off y de tantas otras marcas asociadas al Discovery Channel de turno. En Grizzly Man, Herzog utiliza un tono más de andar por casa, contándonos como fueron los últimos momentos de Timothy Treadwell mediante televisivas entrevistas a quienes le conocieron y la voz de un narrador omnisciente (el propio director). Sin embargo, en esta labor aprenderá que en el documental cinematográfico está la verdadera fuerza de su film, y cuando llega el momento de hacernos oir el audio que quedó registrado durante la agonía de Tim y su novia, prefiere recurrir a la sugerencia del cine: vemos la emocionada reacción de quien escucha la cinta, y a continuación se nos muestra la feroz lucha de dos machos de oso gris, haciéndonos imaginar lo que uno de estos ejemplares pudo haber hecho con el cuerpo de una chica joven.

No obstante, la voz en off supondrá el lado fallido de la película y traicionará su resultado final, pues muchas veces no existe correspondencia entre la imagen mostrada y lo que escuchamos en boca del director. En este sentido, llama especialmente la atención el final, donde se intenta justificar la vida de Treadwell con una frase lapidaria de apología a su causa, quizás por no herir la sensibilidad de las personas que lo conocieron y que colaboraron en el montaje final. Sin embargo, al resto de espectadores nos sonará a conclusión precipitada, pues durante todo el metraje se nos ha presentado a tan singular personaje como un niño de 40 años, egocéntrico y presumido, que se adentra en una naturaleza cuyas leyes de depredación no entiende, para defenderla de un enemigo que no existe (no aparece un sólo cazador furtivo en todo el film), desoyendo y desafiando a los verdaderos ecologistas, y que provocará su propia muerte, así como la de una joven que trató de ayudarle (sin estar del todo enamorada de él) y, de forma indirecta, la de un oso gris, el único animal en toda la historia que muere asesinado por un ser humano.

'Grizzly Man' - Werner Herzog - 2005 [ficha técnica]

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