sábado, 24 de octubre de 2015

Irrational Man

Aunque son muchos los actores que a lo largo de la filmografía de Woody Allen han renunciado en gran parte a su caché para poder trabajar con el director, en la participación de Joaquin Phoenix en Irrational Man parece que es el realizador el que cede, al menos, parte de su estilo, acaso queriendo aprovechar el dibujo de los personajes interpretados por Phoenix en los últimos años como presentación del personaje de Abe, el cual se diría sacado de Puro vicio, el más reciente film de los protagonizados por el actor. Como decimos, son muchos los elementos ajenos a lo que es habitual en el estilo del autor de Manhattan que encontramos en los minutos de presentación del personaje de Abe, como son ese piano de Ramsey Lewis que acompaña a las primeras imágenes que, sin dejar de tener un fuerte aire jazz, suena inusualmente funk para la fonoteca de Allen, o esa fotografía en amplio panorámico con la que el cada vez más fascinante Darius Khondji consigue filmar la húmeda atmósfera de un escenario tan alejado de las urbes "de postal" queridas por Allen como es el tranquilo condado de Newport, en el estado de Rhode Island. No obstante, no tardará Phoenix en convertirse en un personaje más de Allen a medida que la historia de éste y la de la joven Jill (Emma Stone) avance mediante alguna de las marcas más habituales de su cine, para lo malo (esos clichés de sus guiones tan desgastados como el prometido de Jill, de clase acomodada y buen muchacho, que ya sabemos a la legua que terminará teniendo problemas de celos) pero también para lo bueno, y es que tal vez esas supuestas obras menores que Allen está ofreciendo conforme se acerca a los ochenta años nos sirvan para encontrar un sesudo discurso existencialista en su filmografía. Aquí Allen da una vuelta más a su fijación por el Dostoievski de Crimen y castigo (como en Delitos y faltas, Match Point y Cassandra's Dream) para ofrecer otro cuento sobre la culpa donde el protagonista recurre al asesinato, esta vez no con un fin práctico, sino con un sentido moral, al idear un crimen perfecto que solucione los problemas a una desconocida y, con esto, encontrar su papel en el mundo. Un sentido moral que, por otro lado, está contrapuesto al de sus semejantes, por eso la recta ética de Jill, simbolizada en esa pequeña linterna que la joven elige como premio en una barraca de feria, para la sorpresa de su amante, supondrá el gran obstáculo final en los planes del protagonista.

Irrational Man - Woody Allen - 2015 [ficha técnica]

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