viernes, 6 de mayo de 2011

Los próximos tres días

La entrega del aclamado actor Russell Crowe hacia John Brennan, personaje al que da vida en el último trabajo del también laureado cineasta Paul Haggis, es intachable. Habituado a los personajes de notable fortaleza física y/o emocional, en Los próximos tres días Crowe consigue convencernos con admirable facilidad, y dándole la vuelta a un supuesto encasillamiento, de que estamos ante un tipo corriente de carácter bonachón, a quien delata una manifiesta inseguridad ante situaciones límite y cuya complexión robusta corresponde a un cuerpo orondo y no a un gladiador musculado. Aunque no todo el mérito es del actor, también es Haggis el que compone, detrás de un montaje tal vez excesivamente nervioso, uno de los mejores trabajos de un director, a mi juicio, muy sobrevalorado, ofreciendo unos minutos introductorios donde el supuestamente acogedor entorno familiar del personaje es fotografiado mediante barrocas composiciones (véase a su esposa entrando y saliendo de plano al tiempo que se oculta detrás de puertas y espejos) en la secuencia que concluye con la kafkiana detención de Lara, interpretada por una Elizabeth Banks no menos acertada. El angustioso punto de vista del personaje central sugiriendo puntualmente la duda de si su mujer es o no culpable del asesinato por el que ha sido recluida, junto al planteamiento, como consecuencia de esas dudas, de que puede estar viviendo una realidad imaginada (véanse las alusiones a El Quijote, un libro que trata, en palabras del protagonista, sobre cómo "el pensamiento racional destruye el alma") constituyen de lejos lo mejor de la primera mitad del relato.

Sin embargo, todos estos elementos dejan de ser sobresalientes cuando estrellas como Crowe o Haggis dejan de entregarse a su trabajo y empiezan a pedir algo a cambio. Llegado un punto del relato, Brennan decide afrontar su propio ajuste de cuentas con un grupo de delincuentes de poca monta que le estafaron y le dieron una paliza: el personaje resuelve el encuentro en casa de los matones, a quienes elimina disparando con increíble habilidad, una escena que parece haberse concebido pensando en el currículum de Crowe y olvidando el personaje que interpreta, y que el oscarizado guionista de Crash podría haber resuelto de una manera más consecuente. Pero Haggis decidirá a partir de aquí dar un toque personal a su narración que no sienta nada bien: si era perdonable la decisión del director de incluir la manida idea tan "moderna" del relato dividido en episodios encabezados con carteles en texto blanco sobre negro (aquí ofreciendo variantes de un título, por otro lado, muy arbitrario: "los últimos tres años", "los últimos tres meses"...), más lamentable es esa otra desafortunada costumbre marca de la casa consistente en dejar todos los elementos bien atados, sobre todo en la prescindible sugerencia final que da al espectador la pista que necesitaba para decidir si Lara era o no culpable, eliminando cualquier rastro ambigüedad allí donde el relato era más interesante.

The Next Three Days - Paul Haggis - 2010 [ficha técnica]

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