martes, 17 de agosto de 2010

El escritor

The Ghost Writer puede (y debe) tomarse como una buena película de intriga, que sabe aprovechar un típico relato de best-seller para convertirlo en un notable entretenimiento cinematográfico, pero es mucho más interesante si se analizan, además, sus matices coyunturales. La propia novela de Robert Harris ya dio a entender sin excesivo disimulo que, en realidad, Adam Lang, el ficticio primer ministro británico alrededor del cual gira la trama política, era un trasunto del auténtico primer ministro Tony Blair, quien había dimitido poco antes de la publicación de una novela que, pese a la gravedad de las acusaciones que se insinuaban en ella, no desencadenó ningún escándalo significativo ni causó problemas a su autor, probablemente porque las revelaciones del libro eran demasiado graves como para pensar que Harris pudo haberlas realizado intencionadamente. Tanto es así que nada ha evitado que la novela The Ghost haya sido llevada al cine por la puerta grande, en una superproducción protagonizada por estrellas como Ewan McGregor, Kim Cattrall o Pierce Brosnan y, para dar más juego aún, dirigida por Roman Polanski, uno de los míticos cineastas en activo más directamente enfrentados al sistema, a raíz de la acusación de violación de una menor que hace que el director no haya vuelto a pisar en más de treinta años suelo americano ni británico (en este caso para evitar una posible deportación). Esto no hace más que potenciar el espíritu crítico del relato original, y le da continuidad a un tema que ya parece olvidado (la alianza internacional contra el terrorismo que desencadenó la guerra de Irak) al incidir Polanski en el hecho de que poco han cambiado las cosas (y su propia situación) con los nuevos mandatarios, si bien el director es a menudo demasiado básico a la hora de subrayar el carácter servil de Lang hacia el gobierno americano o su despotismo hacia los que le rodean, principalmente por culpa de la composición excesivamente caricaturizada que Brosnan hace del político. En ese sentido está mucho más logrado el tratamiento del personaje protagonista, encarnado por Ewan McGregor, del que nunca conocemos su nombre (en consonancia con su carácter de "fantasma" en más de un sentido), y los escenarios por los que transita, cuyas atmósferas nos recuerdan al Polanski de Rosemary's baby, Frenético o La muerte y la doncella.

'The Ghost Writer' - Roman Polanski - 2010 [ficha técnica]

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