domingo, 9 de noviembre de 2008

Happy. Un cuento sobre la felicidad

Como indica el nada imparcial título en español de Happy-go-lucky, la última película de Mike Leigh pretende ser un ensayo sobre la felicidad de los individuos. Poppy (Sally Hawkins) es casi el paradigma del optimismo y las buenas intenciones, y demuestra un estado de felicidad casi perenne que queda claro ya en la primera secuencia, al no perder la sonrisa cuando habla con un dependiente antipático o cuando descubre que su bicicleta ha sido robada. Dado que el cine de Leigh es un cine más de personajes que de situaciones, lo más interesante del asunto es descubrir cómo se relaciona la feliz Poppy con sus semejantes. El resultado es un film bastante irregular y a ratos empalagoso, pero con apuntes bastante notables. Véase la relación de Poppy con una de sus hermanas que ha dispuesto ya las condiciones del resto de su vida (con una pareja y una hipoteca concebidas casi de manera mecánica) y, siendo una persona claramente más amargada, todavía se permite aconsejar a Poppy para que sea feliz, o el hecho de que la protagonista trate a niños y adultos de la misma manera, logrando así la difícil labor de hablarnos de felicidad o tristeza como abstracción y no como estado de ánimo concreto.

Al igual que le ocurrió a Paul Thomas Anderson en Embriagado de amor, el acercamiento de Mike Leigh a la comedia más o menos romántica es un ejercicio envenenado por su condición de autor. Leigh no consigue reprimir sus innatas dotes de observador del mundo a la hora de hacer cine atendiendo a las convenciones marcadas por un género. Así, nos encontramos con que uno de los momentos más memorables de un film a priori positivista es el estallido en forma de violento monólogo de un personaje tan trastornado y reprimido como Scott (encarnado de manera sobresaliente por Eddie Marsan), el monitor de autoescuela con el que Poppy comparte alguno de los momentos, por otro lado, más divertidos de la película. Es terrible la manera en la que Leigh convierte la cómica y ficticia relación entre ambos personajes en un problema real: como en muchas otras comedias, la protagonista de Happy-go-lucky rebosa empatía, pero esto termina chocando violentamente con el carácter introvertido y enfermizo de quienes habitan en el cine del director británico.

'Happy-Go-Lucky' - Mike Leigh - 2008 [ficha técnica]

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