viernes, 12 de septiembre de 2008

El caballero oscuro

La capacidad de incomodar al espectador que tienen personajes como la Erika Kohut de La pianista o el Hannibal Lecter de El silencio de los corderos se debe a cómo conjugan una personalidad sofisticada y refinadamente culta, con habilidad para interpretar o disfrutar una pieza de Bach o Schubert, con una mente perversa capaz de maquinar las más terribles aberraciones. El crítico Antonio José Navarro se lamentaba del tratamiento que el film Hannibal, el origen del mal hacía de Lecter, siendo un film cuyo guión "destroza la tenebrosa magia que irradia tan diabólico personaje, explicándolo, dándole una forma humana a su psique torturada, todo lo aberrante que se quiera, pero asimilable para el espectador" (Dirigido por..., marzo de 2007). Joker, el villano de El caballero oscuro interpretado a título póstumo por un sobresaliente Heath Ledger, es también un personaje irracionalmente malvado y el hecho de que continuamente se nos presente como encarnación del mal sin causas ni efectos lógicos es una de las mejores ideas del relato, que además es potenciada por los artífices del film cada vez que el personaje entra en escena (véase la eléctrica pieza que le dedican Hans Zimmer y James Newton Howard, una partitura que, según parece, Zimmer estuvo a punto de cambiar por otra de corte más sentimental a raíz de la muerte de Ledger, lo cual habría afectado, sin duda, al tono global del largometraje). Al igual que los protagonistas de Funny Games, el Joker de El caballero oscuro no busca un premio material en sus macabros actos (se las arregla para asesinar a sus compinches, quedándose así con la mayor parte de un botín al que luego prende fuego), al tiempo que parece burlarse de víctimas y espectadores bromeando sobre el origen de su mente trastornada (de ahí que relate diferentes versiones acerca de las cicatrices en su cara).

El hecho de que este Joker no tenga tanto que ver con un supervillano al uso como con el clásico psicokiller se debe también a cómo Christopher Nolan ha concebido el producto sin pecar de la ligereza habitual de un film de Tim Burton. El guión, escrito por el propio director en colaboración con su hermano, invitaba a pensar desde su origen que el resultado final iba a ser muy diferente por lo que tiene de relato múltiple: esta vez, el hombre murciélago no es un héroe solitario, y junto a él pelean detectives, policías, fiscales y jueces. De esta colectividad surge de manera espontánea un calculado montaje con más de una interesante ejecución en paralelo (sirvan como ejemplo cada una de las escenas de creciente intensidad en las que Joker se las ingenia para atentar simultáneamente contra diferentes objetivos). La historia avanza así entre el género de superhéroes y el policíaco, aunque no siempre de manera fluida ya que, en sus dos horas y media, también hay sitio para que asome puntualmente lo peor de ambos. Por un lado están unos compases iniciales donde Nolan precisa de una excesiva verborrea para situar su trama policial, mientras que se nos ofrecen algunos gratuitos alivios cómicos a costa de las apariciones de Bruce Wayne (Christian Bale) acompañándose de despampanantes mujeres con las que intenta llamar la atención de Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal). Por otro, El caballero oscuro fracasa cuando quiere conmovernos con los conflictos internos de su superhéroe, al igual que Spider-Man de Sam Raimi o Superman returns de Bryan Singer, o abusa de la fantástica tecnología que sus colaboradores le proporcionan.

Finalmente, queda en la película una idea de enorme calado. Como tantas películas recientes (véanse las asiáticas Infernal Affairs (Juego sucio) y Deseo, peligro, las americanas Infiltrados y El buen pastor o las europeas Promesas del Este y El libro negro) El caballero oscuro es un relato en torno a la infiltración y a los agentes dobles. Desde la primera secuencia (donde unos atracadores tienen la doble misión de robar un botín y asesinar a sus compañeros) es un reflejo fiel de una cierta manera de leer los tiempos que corren: con políticos y medios mintiendo continuamente, el ciudadano no puede fiarse de casi nada. En un momento del film, Harvey Dent (Aaron Eckhart) llega a preguntarse si queda alguien en quien confiar, a lo que su compañera responde con un retundo "Bruce Wayne", precisamente quien oculta la identidad más desconocida de todas. Como resultado de esta espiral paranoica aparecerá al final un nuevo villano que tratará de desenmascarar y hacérselo pagar a todos aquellos que le traicionaron. Éste se hace llamar, no por casualidad, "Dos-caras".

'The Dark Knight' - Christopher Nolan - 2008 [ficha técnica]

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