domingo, 11 de mayo de 2008

300

Olvidada la polémica que muchos levantaron a propósito de sus retorcidas lecturas ideológicas, 300 nos parece ahora (recuperada en DVD) políticamente hablando, todo lo contrario de lo que se dijo en el momento de su pase en cines (aunque la situación bélica mundial no haya cambiado casi nada desde hace varios años). Allí se dijo que el film hacía apología del ataque a los persas, un pueblo que ocupaba geográficamente lo que ahora es Irán y, por lo tanto, la película quería convencernos de las ventajas que para Estados Unidos tendrían sus planes de derrocar al líder Mahmud Ahmadineyad, una vez hecho lo propio con Saddam Husein. No creo que el público de los multicines viera nada político en 300 pero, si lo llegara a hacer, hubiera leído algo bien diferente, ya que los persas del film constituyen una gigantesca potencia con planes imperialistas, gobernados por un líder que tiene muy presente la religión y que cree que el demonio está en los otros, que negocia con los oprimidos a los que promete parte del pastel antes de utilizar la violencia, a cambio de que éstos formen parte de su imperio por las buenas, algo que no se parece tanto a Irán como a Estados Unidos. De hecho, la resistencia de los espartanos, que se lo ponen muy difícil a sus enemigos siendo un grupo mucho más reducido e inferior a priori, también es poco más o menos lo que iraquíes o vietnamitas han hecho con las tropas norteamericanas. Más aún, la dudosa moralidad del film, donde "los buenos" sacrifican a los bebés que presenten alguna malformación mientras que entre "los malos" cualquier ser humano, sean cual sea sus limitaciones, puede tener éxito, se parece mucho a las ideas sobre fundamentalismo y democracia que se atribuyen, no siempre acertadamente, a islamistas por un lado y a occidentales por otro. A veces tenemos suerte de que, como decimos, el público no se complique tanto las cosas, a saber lo que se hubiera dicho de la trilogía de El señor de los anillos (un modelo que 300 se toma muy en serio), una aventura en la que los sublevados atacan "las dos torres" (!) de sus malvados opresores…

En lo cinematográfico, no hay mucho interesante que decir. 300 adapta lo que antes se llamaba tebeo, después comic y ahora novela gráfica, un medio con el que no estoy muy familiarizado, por lo que sólo puedo imaginármelo a través de películas como 300, y debe ser algo así como una sucesión de viñetas de enorme calidad plástica que representan imágenes que no significan absolutamente nada, razón por la cual el dibujante añade un largo texto a pie de imagen. Porque así está rodada 300, vendida como el no va más audiovisual para no hacer un uso digno del lenguaje cinematográfico en casi ningún momento, teniendo que recurrir una y otra vez a lo que los personajes dicen o lo que una voz nos aclara para que nos enteremos de qué va el asunto. La primera escena de batalla (donde los protagonistas esperan a sus rivales en un paso muy estrecho, y utilizan una táctica con la que van, poco a poco, aniquilándolos a todos) es uno de pocos ejemplos realmente cinematográficos del producto, el resto está realizado sin la menor inquietud visual. Puede que la escena más paradigmática sea aquella en la que Leónidas (Gerard Butler) explica sus planes militares dibujando figuras en la arena: entendemos perfectamente lo que el personaje nos dice, pero lo que escribe en la arena son jeroglíficos incomprensibles y, sobre todo, prescindibles. Así lo son todo el rato las imágenes, a no ser que su cometido sea levantar los bajos instintos del espectador, el problema es que quedan huérfanas cuando una voz en off no nos dice nada de ellas, véase la escasa significación de la joven bailando semidesnuda para el oráculo, o la saturación de escenas de violencia y el obsesivo uso del slow motion. Por no hablar del exceso de pudor y la falta de atrevimiento (y en esto intuyo que el original de Frank Miller debe de ser mucho más directo) allí donde más falta hace, como cuando Ephialtes (Andrew Tiernan) es atraído por Xerxes (Rodrigo Santero) para formar parte de su ejército, tentado por mujeres de caracterización bizarra participando en una orgía, un momento que pide a gritos secuencias de sexo mucho más explícitas que las que usan los artífices de 300. A diferencia de otros cineastas más atrevidos (incluso dentro del cine comercial), éstos no han superado la etapa del cine comercial de los ochenta, cuando estaba prohibido mostrar más allá del pecho en las mujeres o el culo en los hombres, mientras que no había límite en la sangre que salpicaba la pantalla.

'300' - Zack Snyder - 2006 [ficha técnica]

1 comentario:

  1. Buena crítica.

    De acuerdo en lo del tono político, que yo no ví, ni me planteé a los persas como islamistas malísimos, ni a los espartanos como los defensores del mundo libre. El cariz político si se busca lo hay, pero no ví la película con intención de rebuscar.

    Estéticamente la película me pareció magnífica y estimuló mi imaginación, y de hecho es un producto eminéntemente estético.

    La narrativa queda en segundo plano, llevada sobre todo por la voz en off.

    No he leído a Frank Miller, pero me recordó mucho a un clásico del comic de Aventuras, El príncipe Valiente, de Hall Foster, donde las viñetas son auténticas obras de arte y toda la acción se narra sin bocadillos. El efecto de leer este comic es muy similar.

    No estoy de acuerdo en que las imágenes no signifiquen absolutamente nada. Algunas son gratuitas, pero la película es una buena aproximación al mundo del comic, mejor que muchas otras que lo han intentado, al menos para mí.

    La película tiene sus defectos narrativos y no es una obra de arte, pero solo puedo decir que a mí si me ha gustado.
    Tal vez mis espectativas no eran muy altas.

    ResponderEliminar