
El hecho de que este Joker no tenga tanto que ver con un supervillano al uso como con el clásico psicokiller se debe también a cómo Christopher Nolan ha concebido el producto sin pecar de la ligereza habitual de un film de Tim Burton. El guión, escrito por el propio director en colaboración con su hermano, invitaba a pensar desde su origen que el resultado final iba a ser muy diferente por lo que tiene de relato múltiple: esta vez, el hombre murciélago no es un héroe solitario, y junto a él pelean detectives, policías, fiscales y jueces. De esta colectividad surge de manera espontánea un calculado montaje con más de una interesante ejecución en paralelo (sirvan como ejemplo cada una de las escenas de creciente intensidad en las que Joker se las ingenia para atentar simultáneamente contra diferentes objetivos). La historia avanza así entre el género de superhéroes y el policíaco, aunque no siempre de manera fluida ya que, en sus dos horas y media, también hay sitio para que asome puntualmente lo peor de ambos. Por un lado están unos compases iniciales donde Nolan precisa de una excesiva verborrea para situar su trama policial, mientras que se nos ofrecen algunos gratuitos alivios cómicos a costa de las apariciones de Bruce Wayne (Christian Bale) acompañándose de despampanantes mujeres con las que intenta llamar la atención de Rachel Dawes (Maggie Gyllenhaal). Por otro, El caballero oscuro fracasa cuando quiere conmovernos con los conflictos internos de su superhéroe, al igual que Spider-Man de Sam Raimi o Superman returns de Bryan Singer, o abusa de la fantástica tecnología que sus colaboradores le proporcionan.
Finalmente, queda en la película una idea de enorme calado. Como tantas películas recientes (véanse las asiáticas Infernal Affairs (Juego sucio) y Deseo, peligro, las americanas Infiltrados y El buen pastor o las europeas Promesas del Este y El libro negro) El caballero oscuro es un relato en torno a la infiltración y a los agentes dobles. Desde la primera secuencia (donde unos atracadores tienen la doble misión de robar un botín y asesinar a sus compañeros) es un reflejo fiel de una cierta manera de leer los tiempos que corren: con políticos y medios mintiendo continuamente, el ciudadano no puede fiarse de casi nada. En un momento del film, Harvey Dent (Aaron Eckhart) llega a preguntarse si queda alguien en quien confiar, a lo que su compañera responde con un retundo "Bruce Wayne", precisamente quien oculta la identidad más desconocida de todas. Como resultado de esta espiral paranoica aparecerá al final un nuevo villano que tratará de desenmascarar y hacérselo pagar a todos aquellos que le traicionaron. Éste se hace llamar, no por casualidad, "Dos-caras".
'The Dark Knight' - Christopher Nolan - 2008 [ficha técnica]
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