Los canales de distribución que nos han traído (con dos años de retraso y en pleno mes de agosto) este trabajo de Park Chan-wook se han tomado la libertad de presentarlo de manera doblemente retorcida. Por un lado, han traducido lo que vendría a ser "Señorita Geum-ja, la del corazón amable" como "Simpathy for Lady Vengeance", para que no olvidemos que se trata de otra entrega de la serie iniciada por Simpathy for Mr. Vengeance. Por otra parte, el cartel que hemos podido ver en España difiere de la versión coreana del mismo (que acompaña a estas líneas): el de aquí recuerda sospechosamente a alguno de los diseños que en su día se utilizaron para publicitar ambos volúmenes de Kill Bill, lo que nos hace suponer segundas intenciones por parte de algún avispado distribuidor, como si se quisiera atraer a cierto sector del público subrayando las similitudes entre la obra de Park Chan-wook y la de Quentin Tarantino. Éste ha confesado su devoción por los personajes femeninos, a quienes ha dotado en sus últimas películas de caricaturescas inclinaciones hacia la violencia más atroz. También Park Chan-wook ha declarado que la protagonista de Simpathy for Lady Vengeance surgió al sentirse su autor en deuda con los personajes femeninos, ya que en su célebre Old boy la chica era "la única que no conocía la verdad al final del relato". Extraños argumentos, para quienes creen que la mejor manera de dotar de interés a un personaje es darle una katana con la que pueda decapitar al resto del elenco. Nos sorprende este recurso por parte de Tarantino, un autor que fue capaz de crear los más interesantes personajes de ambos sexos en sus tres primeros largometrajes, pero no así en el caso de Park, un cineasta frecuentemente apoyado en el impacto de sus imágenes, por encima de la verosimilitud de las situaciones o el dibujo de los protagonistas. Por ello, en esta película las presentaciones de las mujeres que van llegando a la prisión donde Geum-ja Lee (Yeong-ae Lee) fue recluída durante varios años quedan reducidas a meros esbozos alrededor de los cuales es posible describir una situación de violencia extrema.Los paralelismos entre un autor coreano como Park y otro americano (u occidental en general) como Tarantino no terminan en su tono violento o en la caricaturización de sus personajes. El camino que están tomando los cines de autor a nivel mundial (salvo contadas excepciones) empieza a ser digno de estudio: mientras que algunos outsiders nos quieren llamar la atención mediante la estética de sus films, algunos grandes estudios se están volviendo a interesar por un cine elaborado concienzudamente a partir de sus contenidos, llamándonos la atención la sonrojante temática (si existe) de algunos ejercicios "de autor" y/o "independientes" (Hard candy, El jefe de todo esto, El viento que agita la cebada, ...) frente a la seriedad con la que algunas majors supervisan un trabajo enfocado a un público más masivo (Brokeback mountain, Hollywoodland, Cartas desde Iwo Jima, ...). No sería justo generalizar con esta afirmación, habría que detenerse en cada caso por separado pero, volviendo al cine coreano, es significativo que podamos obtener más información sobre un país como Corea del Sur viendo un título tan genérico como The host que tras visionar toda la filmografía de Kim Ki-Duk. Éste, como Park Chan-wook, se centra más en cultivar cierto tipo de imágenes que en recoger en éstas la realidad del mundo en el que vive. En el caso de Park, tanta abstracción estaba justificada en una devoción por el cine de géneros. La citada Old boy supuso un estupendo punto y aparte para la tradición del film noir, una puesta al día de la desolación de sus personajes y del carácter enfermizo (casi sobrenatural) de los relatos, allí donde lo dejaron los últimos artesanos del género. Lamentablemente, Sympathy for Lady Vengeance fracasa en este intento, siendo tan sólo un ejercicio de imitación del estilo que hizo famoso a su autor, acompañándose por los mismos directores de fotografía, montadores y músicos, pero no aportando nada nuevo como continuación del género negro (salvo, como decimos, la belleza y/o el impacto de algunas imágenes), llegando a desaprovechar momentos con excelentes posibilidades, como la venganza final de manos de las familias de los niños asesinados (resuelta con un uso de la elipsis demasiado mecánico), o a alargar en exceso su epílogo hasta ese plano final bajo la nieve, en un último y desesperado intento por establecer paralelismos con su film anterior.
'Chinjeolhan geumjassi' - Park Chan-wook - 2005 [ficha técnica]

